En este comentario, Vanbrugh 16/02/2012 08:52, presenta un par de ejemplos de lo que quiero decir. Aparte del fútbol o de la política, que son los que presenta Vanbrugh yo añadiría la religión, el aborto, la pena de muerte y ahora mismo a Garzón.
Por lo que los comentarios que llevo leídos, y me refiero únicamente a comentarios inteligentes, parece que hay una auténtica muralla china entre unos y otros y que ambos bandos son, somos, incapaces de apreciar el más mínimo ápice de verdad en los otros.
Por ejemplo, en un artículo de Público, facilitado por Harazem, Ernesto Ekaizer nos presenta la teoría de la trama urdida por los letrados del caso GURTEL para quitarse a Garzón del medio. La teoría está muy bien elaborada, pero, a mi parecer, se olvida de una premisa fundamental: las obligaciones de la defensa y la del juez
La única obligación de la defensa es, mientras no vulneren la ley, hacer que sus clientes sean absueltos al precio que sea. De manera que si un abogado defensor para librar a su cliente tiene que poner de puta para arriba a una violada, su obligación es hacerlo. ¿Desagradable e injusto? Sí, sin lugar a dudas, pero, para bien o para mal, esa es una de las bases del Derecho. Y si a Ud. no le gusta ese papel, pues haga lo que yo y no se meta a abogado defensor.
La obligación del juez instructor es otra. Su obligación es vigilar la limpieza del proceso, de manera que no puede tomar decisiones que violen los derechos de una de las partes. Y si a Ud. no le gusta ese papel, pues métase a fiscal, para perseguir a los malos y no a juez.
En resumen los abogados defensores no tienen la obligación de ser justos. los jueces sí.
A mi ya conocida antipatía previa por Garzón tengo que sumar una nueva piedra: El auto del Supremo donde archiva por prescripción la causa de Garzón por cohecho impropio. Auto en el que dicho sea de paso, no entiendo, algunos de los razonamientos jurídicos. Supongo que eso me pasará por no saber de leyes)
Sinceramente a mi el razonamiento me recuerda al del juez que absolvió a un presunto violador porque al parecer la mujer no opuso suficiente resistencia. Desconozco si los jueces de este país viven en los mundos de Yupi pero a mi en este caso me resulta bastante difícil diferenciar entre persuasión e intimidación. Si un servidor recibe una carta de un inspector de hacienda, en un sobre con membrete oficial reclamando una cantidad para la elaboración de unos cursos pues, como el miedo es libre, para evitar males mayores pagaría. Eso sí trataría de rebajar la cantidad, como al parecer hicieron algunas compañías:
Máxime si el citado inspector de hacienda es, entre otras cosas, célebre por haber pedido una excedencia para irse a trabajar, digamos al BBVA. Estando en dicho banco haber pedido un aumento de sueldo y que cuando se le negó, se reincorporó a su puesto para, a continuación, realizar una inspección a dicho banco y meterle una multa de tropocientos millones.
Afortunadamente para él, ha sido absuelto de su tercera querella. A falta de leerme toda la sentencia parece ser que Garzón se equivocó al declararse competente, pero que dicha dicha actuación fue corregida por la Audiencia y no alcanza ni el nivel de injusticia ni de arbitrariedad de la prevaricación.
Desde mi lego punto de vista lo simplificaría diciendo que Garzón la cagó en el proceso de instrucción, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados, pero que no lo hizo con mala leche.
El resumen final es 1-1-1 (una condena, un caso archivado y una absolución). La impresión general es que se ha ido a cazar a Garzón, y no digo que no haya algo de verdad en dicha afirmación, pero desde luego de haber habido un complot en contra de su persona, el caso del Santander, y no el Gürtel. hubiese sido, a priori, el ideal para darle la puntilla.
El cazar a los malos, en plan Chuck Norris, es algo que atrae la simpatía de todo el mundo. Si además los malos son de derechas, pues ya tienes a tu favor a medio país. El hacer caja a costa de empresas y luego dejarles que se vayan de rositas tiene menos pase.
Que a Garzón le tenía ganas mucha gente, tanto del PP como del PSOE y sus propios compañeros (el declarar contra Gómez de Liaño le acarreó más de una enemistad en su propio gremio), y que la sentencia de once años es excesiva no lo pone en duda (casi) nadie. Pero de ahí a una conjura de todo el mundo mundial contra San Baltasar media un abismo.
En mi opinión, la realidad es más simple. Garzón es un tipo tremendamente pagado de si mismo y bastante chapuzas, de manera que tarde o temprano acabaría por cometer una irregularidad lo bastante gorda para acabar con su carrera, y lo que a otro, a lo mejor, le hubiese supuesto un par de soplamocos, pues a él le supuesto que le hayan dado las del pulpo.
(1) Desconozco si el recíproco, "la razón tiene corazonadas que el corazón no entiende" también será cierto.