miércoles, 27 de noviembre de 2013

Acerca de Koti

Maireen (aka Kotinoussa aka Koti) es la culpable de que empezara a escribir este blog. Tenía un blog bastante interesante  hasta que un buen día decidió jubilarse como bloguera:
Dejo de escribir en este blog y también en “Maireen cuenta” y “Maireen ha visto”. Las entradas de estos dos últimos se han trasladado a éste para que continúen siendo accesibles.
Continuaré añadiendo poco a poco las entradas escritas desde diciembre de 2005. Por ello, a las personas que siguen mi blog por medio de un lector de feeds les seguirán llegando notificaciones de nuevas publicaciones, pero serán las entradas antiguas según las vaya incorporando a este espacio.
Todo permanecerá aquí, al menos de momento. No descarto que en futuro lo imprima, lo guarde sólo para mí como recuerdo y borre definitivamente el blog, pero por ahora no es esa mi intención.
“Maireen pregunta” seguirá existiendo
Hasta ahí algo común en este nuevo mundo de la blogosfera, si bien me extraño que desapareciese por completo. Pues bien, ayer brujuleando por la red me encuentro en este blog, que la explicación a su desaparición es que sufrió un infarto cerebral, del que afortunadamente se ha recuperado.

Pero mejor que sea ella quien os lo cuente

En fin, que me he quedado de piedra y desde aquí le mandó un beso muy fuerte y mis mejores deseos para una pronta y total recuperación.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Joselito y Belmonte, o las dos Españas. (II)


En medio del redondel se oyó una voz estupenda
- ¡Ojalá y te mate el toro en Talavera de la Reina! -
Dicho presagio por suerte aquella voz resultó,
y fue cogido Gallito y en dicha plaza murió.

Esta vieja copla, fiel reflejo de la crueldad con la que los españoles tratamos a todos aquellos que triunfan, es un avance de la tragedia que tendría lugar el 16 de mayo. La rueda de la fortuna gira de manera caprichosa y hay veces que parece que da igual como juguemos nuestras cartas, porque nuestro destino parece sellado.

Joselito había toreado en Madrid el día 15, cosechando una sonora pita, no por haber estado mal si no porque en esta tierra nuestra de caínitas la envidia es siempre un valor al alza. Dolido por el trato que había recibido del público, llegando a confesar a Belmonte que pensaba retirarse porque "así no se podía torear", cosa con la que Belmonte estuvo de acuerdo, canceló la corrida del día siguiente e hizo, según nos lo cuenta Corrachano1, todo lo posible por ir a Talavera:
Joselito, desde que supo que se organizaba una corrida en Talavera, no pensó más que en torearla. La Empresa no quiso traerle, porque esta plaza, de poca cabida, no admite presupuestos caros. Un íntimo amigo suyo tomó el negocio a base de Joselito, y quedó Joselito contratado en Talavera. Entonces surgieron más dificultades. La Empresa de Madrid le reclamaba para este día; llegó hasta intervenir la Dirección de Seguridad, y anunció que no dejaría salir de Madrid a Joselito. Éste se obstinó en venir; ofreció nuevas fechas, buscó combinaciones, dio toda clase de facilidades para el nuevo abono, a cambio del favor de que le dejaran venir a Talavera.
Una vez que los dados se habían lanzado, el destino de ese niño prodigio que fue Joselito quedó sellado. Su muerte fue narrada por Corrochano en el ABC del día 17:
Salió el quinto toro, tan certero como suelen ser todos los toros cornicortos, y sin recargar, sin llegar apenas a los caballos, pues fue el menos bravo, mató tantos como varas tomó. Joselito me indicó con el gesto que el toro no le gustaba; yo le contesté que a mí tampoco me agradaba. Uno de tantos comentarios mudos como Joselito y yo hacíamos en las corridas. Más tarde le indiqué que el toro era burriciego; él me dijo que había perdido la vista el toro en los caballos. Y salió a matar. El toro se defendía y estaba bronco José medio lo dominó con la muleta, y el toro se fue a las tablas, cerca de mi barrera del 1. Oí perfectamente que le dijo al Cuco dos veces: "Quítate, Enrique, que está el toro contigo, y por eso no toma la muleta," El Cuco se cambió de lugar, Joselito lo sacaba con pases de tirón, muy trabajosamente, pues el toro apenas le embestía. José, que estaba muy cerca, dándole con la muleta en la cara, se retiró, y entonces el toro, acaso porque le viera mejor por el defecto de la vista ya apuntado, se le arrancó fuerte y pronto, inesperadamente, en un momento en que el torero no hacía nada, sino que se disponía a hacer. A José, a quien indudablemente sorprendió el toro, no le dio tiempo de nada, ni de darle salida ni de quitarse de allí, a pesar de sus facultades. No hizo más que adelantarle la muleta para taparle y parar el golpe El toro le cogió de lleno, le engancho por el muslo derecho, y en el aire le dio una cornada seca y certera en el bajo vientre, como las que había dado a los caballos. Cayó José mortalmente herido, se contrajo, y el toro le derrotó en el suelo, pero no le recogió. Cuando le incorporaron me miró con cara de angustia, y me señaló con la mano la ingle, al mismo tiempo que se recogía los intestinos, que le asomaban.
Al Cuco, que le llevaba a la enfermería, le dijo: "A Mascarell, que avisen a Mascarell." Y ya no habló más; le dio el colapso.
Dice Lansky que:
el suicida se ha matado antes de hacerlo físicamente, cuando lo decide
y para mi que Belmonte comienza a suicidarse el día de la muerte de Joselito. Al enterarse de la noticia, roto de dolor dicen que dijo llorando:
“Me has ganado la partida”.
Muerto su gran amigo, Belmonte se encuentra solo. Corrochano, que cuando Belmonte se quedó en América, le dijo a Gallito que, sin la competencia del trianero,
el toreo sería lo que él quisiera que fuese
invirtió los términos de la frase:
Juan, estás solo. El toreo será lo que tú quieras
y esa soledad fue la que le llevó a la muerte. Luego se retiró, volvió, se volvió a retirar, rejoneó y fue envejeciendo lentamente entre Madrid, Sevilla, su ganado y su cortijo de Utrera. Cuando se enteró del suicidio de Hemingway2, quien lo retrató en sus novelas: "Muerte en la tarde" y "Fiesta· y del que era gran amigo sólo dijo dos palabras:
"Bien hecho"
Aunque nunca se sabrá el motivo por el que se suicidó, se apunta al hecho, como versión más fiable, de la fuerte impresión que le causó que la muerte de uno de sus más entrañables amigos, el escritor Julio Camba. Al enterarse de que agonizaba en Madrid, fue a visitarle y se lo encontró tumbado en la cama hecho una piltrafa humana. Le preguntó entonces al médico que le atendía, Jiménez Díaz, de que estaba muriendo, a lo que éste le respondió:
- Como usted es un hombre excepcional y tiene más que probada su entereza se lo voy a decir: Julio Camba se muere de la misma enfermedad que tiene usted.-
La idea de acabar reducido a un inútil montón de carne y huesos sobre una cama no parecía del agrado de alguien que había declarado que:
El torero debe morir sobre la arena de una plaza.
El hecho es que la mañana del 8 abril de 1962, el torero se descerrajó un tiro en la sien, dicen que sobre la cicatriz de una antigua cornada, con un pequeño revólver de 6,3. Como la Iglesia preconciliar tenía vedado el entierro en tierra santa a los suicidas, el cardenal Pedro Segura exigió a la familia del torero una declaración jurada de muerte natural. Desde entonces descansa en el cementerio sevillano a menos de cien metros de su amigo José.



1 La narración de Corrochano en el ABC del día 17 de mayo
2 He conocido dos genios. Uno fue Einstein. El otro, Juan Belmonte

viernes, 15 de noviembre de 2013

La (tía) buena, el feo y el malo. (I)

¡¡ Ay, amigo Miroslav !! , ¡¡ Pero qué mala es la curiosidad !!


Grillo me pregunta sí sabía algo acerca de la muerta de Lupe Sino, novia de Manolete, y de su posible relación con el galán Arturo Fernández.

Como soy poco aficionado a los asuntos de la entrepierta (aka corazón) de Lupe Sino sabía lo que todo el mundo. A saber:
  1. Que era la novia de Manolete
  2. Que su pasado era cuando menos turbio
  3. Que Camará (apoderado de Manolete) y Álvaro Domecq no la dejaron que entrase en el lecho de muerte de Manolete para evitar que se casara con él en artículo mortis.
Así que movido por la curiosidad, decidí ponerme a investigar a ver si sacaba algo más en claro, para poder contestar en condiciones a su pregunta. Al fin y al cabo, uno tendrá que cuidar a los pocos lectores que tiene. La verdad es que poco a poco he ido descubriendo cosas: algunas curiosas, otras tristes, que merecen ser la pena contadas.

Pero antes que nada los agradecimientos. La mayor parte de la información la he obtenido del blog Larga Cordobesa, cuyo autor es el periodista Rafael González Zubieta, El Zubi. Al tratar de averiguar algo más de él me he sorprendido con la noticia de su fallecimiento hace apenas unas semana. Sirva pues esta entrada de homenaje y agradecimiento.

A lo que íbamos. La muerte de Lupe Sino se produce como consecuencia de un derrame cerebral causado por un accidente que tuvo unos días antes en Madrid cuando viajaba en su descapotable. Del tipo de relación que mantuvo con Arturo Fernández, que por entonces tenía 30 años frente a los 42 de ella, no consta nada en ninguna parte, lo que por otra parte es lógico. De entrada ese tipo de relaciones se llevaban mucho más en secreto que ahora, que se pregonan, previo pago, a los cuatro vientos. Además en aquella época A.F. era un perfecto desconocido y ella vivía apartada del mundanal ruido, por lo que todo lo que se diga puede ser verdad o mentira o las dos cosas: hay quien dice que estaban liados y hay quien dice que solo eran amigos, lo que si parece claro es que era A.F quien conducía el coche, que era de ella. Lo que tampoco quiere decir nada, porque en aquella España real, que poco tiene que ver con la del Cuéntame, si ver a un mujer conduciendo era noticia, verla conduciendo con un hombre al lado hubiese sido de portada de telediario, aparte de haber mudado la reputación de galán a la de palomo cojo del ínclito A.F. hasta la tercera generación.

Pero, esperen, aún hay más.

Antoñita Bronchalo Lopesino tuvo la gran desgracia de nacer 60 años de tiempo. Mujer fuerte, segura de si misma y sobre todo independiente, sin ser realmente nadie tiene en su haber el seguir cosechando odios cincuenta años después de su muerte.

Pasaporte de Antonia Bronchales Lopesino
Comenzó a trabajar a los catorce años como criada si bien y en cuanto pudo decidió probar suerte como artista de cabaret y en salas de espectáculos. La guerra civil la pilla en Madrid sobreviviendo a base de utilizar sus mejores armas: el instinto y la inteligencia. Se trató con lo mejorcito de la izquierda, identificándose con los anarcosindicalistas. En este Madrid contrajo matrimonio con Antonio Verardini, actuando como testigos el propio general Miaja  y Cipriano Mera.

El marido, anarquista de origen burgués, debió ser un personaje de aúpa. Se sabe que estudió ingeniería en la Politécnica de Paris y la guerra le sorprende en la cárcel cumpliendo por  estafador, si bien el alegaba que:
que fue encarcelado porque ante su actitud anarquista, libertaria y revolucionaria le aplicaron la Ley de Vagos y Maleantes, con la excusa de “anormalidad mental”...
Pasó de soldado raso a teniente en una semana y llegó a ser jefe del estado mayor de IV ejército de Cipriano Mera y una vida, siempre al filo de la ley, que daría para toda una película.

Volvamos a Antonia. Según iba evolucionando la guerra Antonia, que de tonta no tenía un pelo, vio como su marido y la República iban perdiendo: uno influencias y la otra la guerra por lo que a punto de acabarse la guerra la pareja se rompió. Como todos los matrimonios celebrados en la zona republicana, el suyo fue declarado nulo por lo que. por arte de birlibirloque, nuestra heroína vuelve a estar soltera. En el Madrid de la posguerra, si hacemos caso a las maledicencias de la época, fue protegida de otros toreros, hombres de negocios y hasta de ministros de Franco. Lo que si es cierto es que trabajó en la película La famosa Luz María dirigida en 1942 por Fernando Mignoni. Pastora Imperio los presentó en Chicote, donde ella alternaba -forma educada de llamar a una mujer prostituta- y según cuenta Soto Viñolo:
Manolete se encoñó porque la guadalajareña era jaca fina, experta con sus armas de mujer, y el espada, un pardillo de casi 30 años, medio virgen, que se rindió ante una lagarta con muchas corridas a la espalda en el albero de Perico Chicote,"
El hecho es que desde entonces ella lo acompañaba a todas partes, hasta el punto de que Manolete la presentaba en Méjico como su mujer, y, con gran escándalo para la época, se fueron a vivir juntos al piso de ella, en la madrileña calle de Hilarión Eslava. Nunca fue aceptaba ni por la familia, ni por el entorno de Manolete, quien le dedicaba apodos tan cariñosos como "la Serpiente", "la Bicha" o "la Víbora".

Según nos cuenta el Zubi:
Siendo ya novia de "Manolete", en 1944, hizo el papel de Teresa en "El Testamento del Virrey" un film dirigido por Ladislao Vajda con guión de Tomás Borrás. Actuaron junto a ella Juan Calvo, Raúl Cancio, Milagros Leal, Manuel Luna, Irene Caba, José Isbert, Manolo Morán y Mercedes Vecino. Como verán, Lupe Sino se codeaba con los mejores actores que en aquellos momentos había en España.
En 1948, ya muerto el torero cordobés, fue contratada para hacer "El Marqués de Salamanca" que dirigió Edgar Neville y no volvió a hacer nada más de importancia.
Amargada y repudiada por todos, emigró a Méjico donde se casó con un abogado de nombre Manuel Rodríguez, del que separó -que no divorció- a los pocos años, y vuelve a Madrid a retomar su carrera artística. Como ya he contado antes muere a consecuencia de un derrame cerebral, a consecuencia de un accidente de coche sufrido en Puerta de Hierro con su coche deportivo descapotable, cuando era conducido por el actor Arturo Fernández. El ABC, en su edición de Madrid del día 15 de septiembre de 1959, despachó la noticia con una foto cuyo pie decía:
HA MUERTO LUPE SINO. La en otros tiempos conocida áctriz Lupe Sino -Antonia Bronchelo en su vida privada-, novia que fue del inolvidable lidiador Manuel Rodríguez "Manolete", que ha fallecido en Madrid a los treinta y nueve años de edad, a consecuencia de derrame cerebral. (Foto Cifra).

Tumba de Antonia Brochalo en el cementerio de Hortaleza de Madrid.
(Continuará...)
Fuentes:
La vida de Lupe Sino (1ª Parte)
La vida de Lupe Sino (2ª Parte)
La filmografía de Lupe Sino en IMD.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Joselito y Belmonte, o las dos Españas. (I)

Este post viene a ser la consecuencia de tres: uno de Lansky sobre los toros y el boxeo, otro mío sobre los mapas y otro de Lansky sobre el suicidio. Además me ayuda a dar mi respuesta a un típica discusión de bar: ¿los grandes deportistas de ayer, serían tan grandes deportistas hoy?

La edad de oro del toreo tiene lugar entre 1914, año del inicio de la rivalidad entre gallistas y belmontistas,  y el 16 de mayo de 1920, fecha de la muerte de Joselito en la plaza de toros de Talavera de la Reina debido a una cornada infligida por Bailador: un toro pequeño, bronco y burriciego.

El también torero Ignacio Sánchez Mejías llorando a su cuñado Joselito
Hay multitud de anécdotas que reflejan la rivalidad entre sus aficiones. Desde chistes de la época (¡ojito al apellido del protagonista!)


hasta discusiones teológicas:

El día que Belmonte triunfó en Sevilla, sus partidarios quisieron pasearle en andas por el puente Triana, como si fuera el El Cachorro en Semana Santa. El cura, que se resistió con todas sus fuerzas al robo de las andas llegando a amenazar de excomunión a los sacrílegos, una vez conseguido su objetivo exclamó:
¡Si por lo menos hubiese sido Joselito!
Se daba la circunstancia que siendo entre ellos grandes amigos, siempre que viajaban en tren lo hacían juntos, cambiándose de vagón antes de llegar a la estación para evitar peleas entre sus aficiones.

El origen de esta rivalidad no solo está en lo que representaban: Joselito era joven, guapo, apolíneo, dominaba la técnica como no se había visto nunca, era el torero perfecto. Tal era su dominio de los toros que su madre decía
"Para que un toro coja a José, tiene que tirarle un cuerno".
Belmonte, mientras, era el reverso de la moneda: feo, pobre, enfermo, temerario. De él decía Rafael Guerra 'Guerrita':
"Así no se puede torear, el que quiera verlo que se dé prisa, porque ese durará un suspiro".
Pero esto no basta para entender la rivalidad existente. La irrupción del Belmonte en el mundo del toreo supuso una auténtica revolución, hasta el punto de que la historia del toreo se divide entre antes y después de Belmonte. Hasta Belmonte el torear consistía básicamente en saber esquivar al toro: se citaba al toro y cuando éste llegaba te apartabas de su camino, y es que como decía Lagartijo:
"o te quitas tú o te quita el toro"
Esta era la esencia del toreo clásico, del que Joselito fue el último y uno de sus más grandes maestros.

La revolución de Belmonte consistió en crear una nueva forma de torear y por eso es considerado el fundador del toreo moderno: a partir de él, es el toro el que tienen que apartase, o como decía él:
"no te quitas tú ni te quita el toro si sabes torear"
Creó los tres tiempos de la lidia: parar, templar y mandar; haciendo que, desde entonces, el culmen del arte taurino sea el torear quieto, siendo Manolete su máximo exponente.

Pero el mito de Belmonte fue más allá. De sus comienzos toreando desnudo a luz de luna, pasó a relacionarse con todos los intelectuales de la época: Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Romero de Torres,... y se decía que no ha habido ni habrá un torero más limpio y con más libros que él. Una muestra de su ingenio la tenemos en su célebre diálogo con Valle Inclán:
- Ahora, Juan, ya sólo te queda morir en la plaza.
- Se hará lo que se pueda, don Ramón, se hará lo que se pueda.
El hecho de que fuese portada de Time nos puede dar una idea de su popularidad más allá de nuestras fronteras.
Portada de la revista Time del 5 de enero de 1925.
Joselito, como genio que era, no tardó en darse en cuenta de que el toreo de Belmonte era más plástico y estético que el suyo por lo que comenzó a belmontizarse rápidamente y es en este punto donde se aprecia la grandeza del torero de Gelves: siendo el mejor de los toreros clásicos se convierte en el segundo Belmonte.

Quizás esto nos sirva de pista para otros casos. ¿Sería hoy Fangio campeón de Fórmula I? ¿Titular Di Stéfano en el Madrid? ¿Joe Louis campeón de los pesos pesados? ¿Jessie Owens medalla de oro en la olimpiadas? A mi no me cabe la menor duda de que las grandes figuras de ayer serían grandes figuras hoy. La genialidad es el resultado de un 10% de inspiración y un 90% de transpiración y esos son valores que no dependen de la época en las que uno nazca.

(Aquí continúa)
Para saber más

El toreo de Juan Belmonte
El toreo de Joselito y Belmonte