martes, 14 de enero de 2014

Sobre los argumentos acerca del aborto.

Al final me habéis liado...

El motivo, razón y culpa de este entrada la tenéis aquí:

Italo Calvino sobre el aborto
La lógica jurídica del aborto 
Mi pesimismo
Intrigante intersección
Amar y odiar simultáneamente

Éstas, y alguna otra que seguro que me olvida, son entradas que de una manera directa o indirecta tratan sobre el aborto de una forma bastante objetiva. En todas me he quedado con las ganas de comentar extensamente mi postura y me han planteado, ante todo, preguntas. El hecho es que me prometí a mi mismo no hablar del aborto en mi blog, porque como ya he dicho en alguna que otra ocasión el aborto es un tema más de corazón que de razón y por ello el poder llegar a un acuerdo en este tema se me antoja una quimera y ahora me veo haciendo honor, al menos en parte, al lema de mi blog.

En matemáticas las cosas funcionan del siguiente modo:
  1. Se establecen las definiciones
  2. Se establecen los axiomas, proposiciones que se consideran evidentes y que se aceptan sin requerir demostración previa. Por ejemplo:
    Por dos puntos pasa una única recta.
  3. Se establecen, y demuestran, lemas, proposiciones, teoremas y corolarios
A partir de este esquema suponíamos que dado un enunciado podríamos probar si era cierto o falso. Lo malo es que vino Gödel y lo jodió todo. En consecuencia, si en algo tan formal y estructurado como las matemáticas nos podemos encontrar con enunciados de los que no podemos afirmar si son ciertos o falso, ¿cómo podemos aspirar a llegar a acuerdos universales en temas tan espinosos como la ética, la moral o las buenas costumbres?

Aún así si espero llegar a un acuerdo sobre la coherencia, o no, de los argumentos a favor/en contra del aborto. De manera que, repito para que no haya dudas, no es ésta una entrada sobre el aborto, si no sobre sobre los argumentos a favor/en contra del mismo.

En contra del aborto.

El único argumento que esgrimen aquellos que están en contra del aborto es que consideran que el feto es un ser humano/persona y, por lo tanto, su derecho a la vida debe prevalecer sobre la voluntad de la madre. Bajo esta premisa solo el poner en riesgo la salud física, que no psíquica, de la madre justificaría el aborto, ya que habría una colisión entre los derechos a la vida de la madre y del feto. Tan solo en este caso la madre estaría legitimada en decidir si ella prefiere sacrificarse o no en beneficio de su hijo.

El principal inconveniente que encuentro a este razonamiento es definir claramente que es un ser humano/persona. Aunque parezca mentira no encuentro nada fácil llegar a un consenso sobre este punto. De hecho los negros no eran considerados como seres humanos como quien dice hasta antes de ayer y, a día de hoy, en muchas zonas del planeta dudo que a las mujeres se las consideren personas al mismo nivel de igualdad que el de los hombres. Es más me atrevería a apostar que si se hiciese un referéndum planetario, sobre si las mujeres son inferiores a los hombres ganaría el sí.


A favor del aborto.

El número de argumentos a favor del aborto es más elevado. Me voy a quedar, de momento, con los más repetidos.

Un feto no es un ser humano/persona.

Este es el punto de partida de cualquiera que esté a favor del aborto. Naturalmente tiene el mismo inconveniente que en el caso anterior: definir claramente a partir de que instante se es un ser humano/persona, máxime cuando en toda esta historia solo el parto es capaz de definir claramente un antes y un después. Hay quien lleva este razonamiento al extremo afirmando que "en el aborto la mujer no mata porque no hay vida". No obstante, a mi juicio, este argumento se contradice con el hecho de que las leyes castiguen y persigan el tráfico de huevos de especies protegidas, con la ley de plazos o con el hecho de que se pueda condenar a cadena perpetúa a un médico por practicar abortos tardíos.


No hay nadie que esté a favor del aborto.

Esta es una de las afirmaciones que más se repiten cuando se habla a favor del aborto. A mí, por el contrario, me parece una boutade tamaño XXL. Un aborto es un procedimiento quirúrgico mayor y a nadie en su sano juicio le apetece que le metan en un quirófano y le rajen las tripas. Tampoco a ningún hombre nos gusta que nos metan una aguja gruesa por la uretra y nos biopsen la próspata. Otra cosa es que los males padecidos al sufrir el procedimiento quirúrgico compensen el resultado de no hacérselo: en el caso de los hombres un cáncer, en el caso de las mujeres un niño. Desde ese punto de vista hay no miles, sino millones de personas que SÍ están a favor del aborto y que lo manifiestan claramente. El repetir que no hay nadie a favor del aborto no es más que seguir tratando a las mujeres como imbéciles y menores de edad. Nos guste o no, más de un tercio de las mujeres que abortan lo hacen por segunda vez o más y una de cada 10 adolescentes que abortan lo hace por segunda vez.

Además las mujeres que abortan no son unas pobres ignorantes aisladas y desamparadas. De hecho el 62% de las mujeres que abortan no lo hace por causas económicas ni afectivas.


Nadie puede decir a una mujer lo que puede hacer con su cuerpo o "nosotras parimos, nosotras decidimos".

Si aceptamos como válido este razonamiento, cabría preguntarse porque la prostitución está prohibida o, sin ir tan al extremo, porque la maternidad subrogada también está prohibida y se considera denigrante para la mujer. De hecho la organización feminista FEMEN se posiciona como un movimiento que lucha contra la prostitución. La verdad es que como muy bien dice Miroslav:
El poder (erigiéndose en representación de la sociedad) se ha creído siempre legitimado para imponer deberes a los individuos en nombre del bien común.
y ese mismo poder nos dice a todas horas lo que podemos hacer y no hacer con nuestro propio cuerpo, tanto a hombres como a mujeres. Sin entrar a valorar lo acertado o no de estas leyes, se me ocurren a bote pronto: la obligatoriedad de llevar casco cuando vas en moto, la de abrocharte el cinturón de seguridad, el prohibir el baño con la bandera roja, la prohibición del tráfico de drogas o la obligatoriedad del servicio militar.

En el caso de los argumentos contra la prostitución o la maternidad subrogada se vuelve a poner de manifiesto el hecho de que se trate a las mujeres como pobres idiotas que no saben lo que es bueno para ellas, y curiosamente mujeres partidarias del "mi cuerpo es mio" están entre las mayores defensoras de estas prohibiciones.


Al ser el aborto un tema que solo afecta a las mujeres, los hombres no deberíamos decir nada al respecto.

Totalmente de acuerdo. Las leyes contra los terroristas/ladrones/violadores/asesinos.., que las hagan solo las víctimas de terrorismo/robo/violación/asesinatos.., porque solo ellos pueden saber lo que siente al haber sido víctima de un acto terrorista/robo/violación/asesinato. Vivimos en sociedad y no hay asuntos de mujeres, como no hay asuntos de hombres, porque todo nos afecta a todos. Y aún siendo la maternidad un asunto exclusivamente femenino sus consecuencias nos afectan también a los hombres. Si no que se lo pregunten a Boris Becker o a este tal Richard Phillips. Los dos fueron partícipes en actos en los que un embarazo, a priori, no era ya posible, siquiera imaginable. Sin embargo los dos tuvieron que apoquinar con las consecuencias, no durante los nueve meses de un embarazo si no, al menos, durante 18 años. Me pregunto si las mujeres apoyarían que solo los hombres pudiésemos decidir sobre una ley que nos permitiese elegir si queremos hacernos cargo o no de la criatura y que tuviésemos un plazo de 14 semanas para decidirlo.


Si no quieres abortar, no abortes; pero no me prohíbas a mí el hacerlo.

De nuevo totalmente de acuerdo. Con el mismo argumento habría que legalizar, por ejemplo, la compra/venta de armas (si tú no quieres tener un AK-47 en tu casa no lo tengas, pero no me prohíbas a mí el tenerlo), la prostitución, el tráfico de drogas, el incesto, la poligamia, la poliandria, la poliduria, el canibalismo, enseñar las tetas para vender calcetines o cualquier otra tontería que se nos ocurra y que, en principio, solo nos afecte a nosotros.


Reflexión final

En el mundo occidental nacen, aproximadamente, 105 niños por cada 100 niñas. El motivo parece ser meramente biológico, ya que la mortalidad infantil masculina es ligeramente superior a la femenina, de manera que cuando se llega a la pubertad el número de niños y niñas esta prácticamente equilibrado. Sin embargo en China, la India y otros países esta proporción llega a ser de 117 niños por cada 100 niñas. El motivo es que al considerar a la mujer inferior al hombre, la madres abortaban cuando estaban embarazadas de niñas. Este tipo de aborto se conoce con el nombre de aborto selectivo, y es un buen ejemplo de generocidio, término que Mary Anne Warren acuñó en su libro Gendercide: The implications of Sex.

Para evitar esta práctica, los gobiernos de estos países han prohibido informar a las gestantes del sexo de su futuro hijo. Naturalmente esto no impide que al despedirse, y previo pago, el médico entregue a las futuras madres un caramelo rosa o azul.

Una de las consecuencias de semejante generocidio, consideraciones éticas aparte, es que va a haber cuarenta millones de jóvenes machos chinos sin pareja. Ahora imagine como puede quedar el paisaje cuando semejante número de garañones, cargados de testosterona hasta las trancas, salga a pastar y vea que no hay suficiente hierba para todos.

Para terminar una petición. Si Ud. comparte la opinión de Rosa Regás
sólo la mujer, cada una de ellas en particular es la propietaria absoluta y única de su cuerpo
me gustaría saber su opinión acerca del aborto selectivo.

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